Serie Palacios

Los patrones de ornamentos aplicados a la arquitectura, del Palacio Vergara y del Palacio Baburizza, se realizan artesanalmente como un muestrario de formas. Los ornamentos se vuelven a construir de un modo serial, industrial en una época donde aún la Revolución Industrial era inmadura, por lo mismo se apoyaba mucho en la confección artesanal, sobre todo en productos de lujo.

Me detengo en la paradoja que significa deconstruir una imagen ornamental, y su función por consiguiente. Los diseños serán reinventados en su proceso y transitarán por la serialidad productiva (desde la manualidad) que al ser presentada nuevamente, vuelve a tener un carácter de pieza manual, única, exclusiva.

A diferencia de “Oasis” quise llevar el control del significado de las obras no de modo casual, pues anteriormente usé troqueles manuales pre-concebidos por la industria, relacionando el mensaje de la obra elegido de principio a fin. Para esto combiné diferentes formas de producción, con diversas tecnologías involucradas.

El material usado fueron 4 rollos de papel acuarela de 300 grs. cold pressed de 9 m. x 1,1 m. de ancho, 100% libres de ácido, que pinté con pinturas acrílicas logradas con pigmentos solubles anti UV y agua destilada (para que parecieran acuarelas). Todo este material fue importado desde tiendas especializadas de NY para obtener resultados de cuidado profesional. Entonces parto desde la confección artesanal de papeles coloreados, mezclados con el dibujo en computador de los signos elegidos: los bichos que habitan el hogar humano cuando dejamos de cuidarlos, haciendo su hogar dentro de nuestro espacio: hormigas, arañas, cucarachas, moscas y polillas y además responden a una escala visible a simple vista. Se realiza entonces su corte láser y armado serial a mano para incluir el alfiler en el centro de cada figura. Retrasos y saltos tecnológicos al mismo tiempo, todos ellos para hacer comentarios sobre los tiempos en que estos ornamentos fueron diseñados. Incluyo como registro técnico algunos bichos pintados a medias de dos colores o algunos quemados en parte por el haz de luz del láser.


Paola Podestá